jueves, 17 de noviembre de 2011

Edad Moderna

Por Gabriela Serrano y Francisca Larée

La edad moderna comienza con la toma de Constantinopla, hasta la revolución francesa en 1789. La edad moderna fue un periodo que duro aproximadamente 350 años.
En esta época, sobresalen varios personajes tanto en la ciencia, como en la política, el arte y en la literatura, etc. Entre ellos están:

En la ciencia: Nicolás Copèrnico e Isaac Newton.
En la política: Carlos III y George Washington.
En el arte: Leonardo Da Vinci, Miguel Angel, etc.
En la literatura: Miguel de Cervantes, William Shakespeare, etc.


Durante esta época ocurrieron una gran serie de cambios, uno de los mayores cambios, es en la “Literatura Moderna”. La cual tiene como características:
  •   la estética.
  •   las evocaciones históricas y legendarias.
  •   la expresión de la intimidad personal.
La estética, una de las principales características busca la belleza, para demostrar el “escapar de la rutina y mediocridad” y mostrar el desacuerdo contra esta.
Un ejemplo claro de esto son los “poetas malditos”, un grupo de escritores que incorporaban el mal como esencia del hombre, reflejando todo en sus poesías.
El origen de “poetas malditos” viene de un libro publicado en el año 1888 cuyo autor es Paul Verlaine, y se titulaba “Les poetes maudits”.
Eran 6 poetas que conformaban este grupo, como Tristán Corbière, Stéphane Mallarmé, Marceline Desbordes-Valmore, Auguste Villiers de L’Isle Adams, Paul Verlaine y un último que nombraremos y haremos una pequeña reseña sobre el a continuación.

Arthur Rimbaud
 Fue un gran poeta francés que a su corta edad logró escribir sus primeros versos, pero luego dejó de escribir a los 20.
 Para Arthur, el poeta debía hacerse “vidente”  por medio de un “largo, inmenso y racional desarreglo de todos los sentidos”.
 A continuación podremos apreciar una de sus importantes obras titulada Ofelia.


I
En las aguas profundas que acunan las estrellas, 
blanca y cándida, Ofelia flota como un gran lirio, 
flota tan lentamente, recostada en sus velos... 
cuando tocan a muerte en el bosque lejano.

Hace ya miles de años que la pálida Ofelia 
pasa, fantasma blanco por el gran río negro; 
más de mil años ya que su suave locura 
murmura su tonada en el aire nocturno.

El viento, cual corola, sus senos acaricia
y despliega, acunado, su velamen azul;
los sauces temblorosos lloran contra sus hombros 
y por su frente en sueños, la espadaña se pliega.

Los rizados nenúfares suspiran a su lado, 
mientras ella despierta, en el dormido aliso, 
un nido del que surge un mínimo temblor... 
y un canto, en oros, cae del cielo misterioso.

II¡Oh tristísima  Ofelia, bella como la nieve, 
muerta cuando eras niña, llevada por el río!
Y es que los fríos vientos que caen de Noruega 
te habían susurrado la adusta libertad.

Y es que un arcano soplo, al blandir tu melena, 
en tu mente traspuesta metió voces extrañas; 
y es que tu corazón escuchaba el lamento 
de la Naturaleza –son de árboles y noches.

Y es que la voz del mar, como inmenso jadeo 
rompió tu corazón manso y tierno de niña;
y es que un día de abril, un bello infante pálido, 
un loco miserioso, a tus pies se sentó.

Cielo, Amor, Libertad: ¡qué sueño, oh pobre Loca! .
Te fundías en él como nieve en el fuego; 
tus visiones, enormes, ahogaban tu palabra. 
–Y el terrible Infinito espantó tu ojo azul.

III
Y el poeta nos dice que en la noche estrellada 
vienes a recoger las flores que cortaste,
y que ha visto en el agua, recostada en sus velos, 
a la cándida Ofelia flotar, como un gran lis.

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