Por Giovanna Sciarresi y Marianne Prat
El movimiento Barroco continuó vigente hasta la primera mitad del siglo XVIII , pero las clases cultas sentían ya un rechazo hacia este estilo ya degenerado, y adoptan formas francesas e italianas .
El movimiento Barroco continuó vigente hasta la primera mitad del siglo XVIII , pero las clases cultas sentían ya un rechazo hacia este estilo ya degenerado, y adoptan formas francesas e italianas .
Este nuevo estilo se caracteriza por la sujección a unas normas basadas en Aristóteles y Horacio, que en el teatro obligaban:
- a la adopción de la regla de las tres unidades , espacio ,tiempo, y lugar ( la acción debe desarrollarse en un solo día,en un sólo lugar,en un único escenario)
- a la eliminación de lo imaginativo y misterioso -
- y a la separación de lo cómico y lo trágico
- a la eliminación de lo imaginativo y misterioso -
- y a la separación de lo cómico y lo trágico
En la poesía se desechan los artificios preciosistas y el estilo se hace lineal y prosaico.
El término Neoclasicismo surgió en el siglo XVIII para denominar de forma peyorativa al movimiento estético que venía a reflejar en las artes los principios intelectuales de De la novela se pasó al ensayo como género divulgador de ideas por excelencia. La literatura neoclásica realizó una crítica de las costumbres, incidiendo en la importancia de la educación, el papel de la mujer y los placeres de la vida. Destacaron en España el fraile benedictino Benito Jerónimo Feijoo, Gaspar Melchor de Jovellanos y José Cadalso.
Cobró importancia la fábula, relatos o poesías normalmente ejemplificadas con animales, donde se exponen enseñanzas morales. La fábula se caracterizaba por ser una composición de carácter didáctico, por la crítica de vicios y costumbres personales o de la sociedad, y por la recurrencia a la prosopopeya o personificación. Es el subgénero que más se adaptó a las preceptivas neoclásicas: una composición sencilla en la que la naturaleza interviene, y que enseña divirtiendo. Destacaron los fabulistas Félix María de Samaniego y Tomás de Iriarte en España, y el francés Jean de la Fontaine.
La poesía neoclásica
Por considerarse de mal gusto expresar sentimientos, los poetas de este movimiento adoptan dos temas: el bucólico o pastoril y la fábula.
Poesía bucólica o pastoril
En este tipo de poesía se ensalza la naturaleza. Destaca Juan Meléndez Valdés.
La fábula
En el siglo XVIII también se cultivó la fábula con el objetivo de ofrecer al lector consejos y enseñanzas morales puestas en boca de animales. Grandes fabulistas fueron Iriarte y Samaniego.
La prosa en el Neoclasicismo
Reacción contra el Barroco
Durante la primera mitad del siglo se produce la reacción contra el Barroco y la toma de contacto con los movimientos neoclásicos franceses. La producción literaria es escasa y predomina la prosa en forma de crítica y ensayo.
El teatro en el Neoclasicismo
Como toda obra neoclásica, el teatro se somete a las rígidas normas del clasicismo, por lo que adopta la regla de las tres unidades que Lope de Vega había roto en el Barroco. Desaparece de las obras de teatro todo tema imaginativo y fantástico, así como la mezcla de lo trágico y lo cómico. Surge un teatro exclusivamente didáctico.
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